Veganuy - Contra toda forma de explotacion animal

Texto enviado anonimamente a Acción Vegana desde algún lugar de España:

Ya ha pasado más de un año desde que explotó, y desde entonces no hay quien la pare. ¿Cómo se encendió la mecha?, posiblemente nunca lo averigüemos, tampoco es nuestro objetivo. Lo que tenemos claro es que queremos seguir escuchando ecos de la revuelta que ha estallado “al otro lado del charco”.

Pocos años atrás mirábamos furtivamente el movimiento en Latinoamérica, y la situación, a primera vista, no era muy alentadora. Muchas de las actividades parecían estar protagonizadas por ONG’s de derechos de los animales, algunas de ellas con una tendencia bienestarista que cuando se descuidaban salía a la luz. Si mirabas, desde fuera, aparentemente lo que ocurría con el sector con tendencia más radical era que parte de sus integrantes se habían visto atraídos por las ideas de la liberación animal a través de un tipo de música y estética determinado, y que seguía manteniéndose en un segundo plano, como si la lucha por la liberación animal se tratase de un complemento más. Por desgracia esto es algo que se da en todo el mundo, por ejemplo, puedes hablar con gente involucrada en la escena del Hard Core que ha formado un grupo y que afirma que su objetivo es difundir la idea de la liberación animal a través de la música, concienciar. Recorren cientos de kilómetros para hacer conciertos, y cuando asistes a uno de ellos te das cuenta de que en lo que menos están pensando es en los animales. No se entiende las letras de las canciones, por lo que no se difunde el mensaje; tampoco comentan la canción antes de tocarla, ni reparten información fomentando el veganismo y la liberación animal. Por supuesto, aquellos que constantemente hacen viajes para tocar, nunca están dispuestos a recorrer un solo kilómetro para investigar la granja que hay a pocos kilómetros de su ciudad, ni tan siquiera irán a la ciudad de al lado para unirse a una manifestación. No pretendo hacer de juez, no me corresponde a mí valorar esta actitud (sino a quien la practica), sólo quiero señalar que desgraciadamente la veo allá donde miro.

Esta era la impresión que te podías llevar si echabas, tres años atrás, una rápida mirada al movimiento en Latinoamérica. En el momento en el que observabas con un poco más de detenimiento, se podía apreciar que sí se hacían cosas, que iban más allá de la mera apariencia y la estética (más allá de parches y camisetas). Había tímidos grupos de individuos que hacían piquetes frente a peleterías, distribuían información, etc. En Chile se estaba llevando a cabo una campaña muy bien organizada contra el bioterio de la Universidad Católica, con presión constante y con una buena investigación previa que les permitió conocer al enemigo. Desgraciadamente el número de acciones y liberaciones de animales era casi nulo. Pero la difusión de información y las protestas nunca deben ser menospreciadas. Además, allí donde hay un grupo de personas que explican los motivos de llevar la liberación animal a la práctica hay más esperanzas de que alguien lo haga, es como si en estas actividades legales se escondiese la acción directa en estado gestación.

Si cada persona que llevase una camiseta o un parche del ALF se molestase en lanzar una piedra a una carnicería, meter un trozo de hierro con pegamento en la cerradura de una peletería o dirigirse a la granja que hay a pocos kilómetros de su casa, la situación de los animales sería muy distinta. En prácticamente todos los estados de Latinoamérica debió haber alguien que pensó esto, porque en casi todos ellos se ha pasado de las palabras a los hechos. Parecía como si el ALF en Latinoamérica estuviese preparando un momento para surgir por todo lo alto, y así ha sido.

Se suele pensar que antes de que se realicen acciones que requieren algo de preparación (como el rescate de animales de laboratorio) es necesario haber realizado antes acciones muy sencillas (hacer pintadas, sellar cerraduras o romper cristales). No es lo que ha ocurrido al otro lado del charco, de repente todo ha explotado. En Chile la campaña terminó, por supuesto con el bioterio cerrado; poco después decenas de animales encerrados en otro laboratorio conocían lo que era la libertad, el ALF también quería jugar su papel. En Perú se accedía a un zoológico y se devolvían diversos animales al medio salvaje, del que jamás debieron salir. En un zoo de Brasil sucedía lo mismo, varios monos escapaban de una jaula y regresaban a la selva. En Venezuela, se presiona a los colaboradores de HLS con regularidad. En Colombia un perro era rescatado de un laboratorio, evitando que le mutilasen los bisturís de los Mengueles que le acechaban. En Uruguay se empuja a la industria peletera para que se convierta –literalmente- en cenizas. Éstas son algunas de las acciones que se pueden destacar, pero lo más importante es la nueva actitud, la falta de sumisión y el rechazo al derrotismo. Se está adoptando la verdadera rebeldía del movimiento. Se están obteniendo resultados, lo cual calienta más el ambiente y hace que más gente quiera unirse a la resistencia antiespecista, esta vez con hechos, que acompañan a las palabras.

Este humilde texto va destinado a todos los compañeros y compañeras activas en Latinoamérica, quiero mostrarles que sus acciones además de tener un efecto infinito en los animales que rescatan, también están teniendo un efecto sobre quienes luchan a miles de kilómetros. Aunque quiero expresar mi simpatía a todos vosotros, o ustedes (como decís allí), deseo enviar un abrazo especialmente cariñoso a los compañerxs del Comando Verde-Negro y a todas las demás células que hay en México. Día tras día voy a buscar noticias de la revuelta mexicana, y cada vez vuelvo con una sonrisa en la boca. No os considero héroes, pero está claro que tenéis dentro una convicción y unas ganas de luchar que os hace imparables, y que además se contagia. Me voy a dormir y pienso “¿qué estarán haciendo ahora?”, “¿qué será lo próximo?” lo pienso con emoción, pero estoy segura de que esas mismas preguntas surgirán en las mentes de los explotadores de animales, y dudo que cuando piensen en ello se les asome la sonrisa que me surge a mí. No puedo ni imaginar las ganas que tendrá el estado mexicano de enjaularos, si fuese religiosa rezaría porque esto nunca sucediese, pero como no lo soy confío en que os sepáis cuidar solos; hasta el momento lo habéis hecho muy bien. Seguid así.

¡Larga vida al movimiento por la liberación animal en México, Latinoamérica y allí donde haya un solo animal enjaulado, encadenado o esclavizado!

PS: Si el simple aleteo de una mariposa puede crear un tornado al otro lado del planeta, ¿tan locos estamos por pensar que, si realmente luchamos por ello, podemos erradicar toda dominación en la Tierra?


Fuente : Revuelta Verde

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One Response so far.

  1. Anónimo says:

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