Allí dentro, el batir de las largas alas de las aves pierde sentido, mucho no las deben utilizar, seguramente, ¿para volar unos metros hasta encontrarse con las rejas? Las largas distancias que acostumbraban viajar ahora son solo un sueño, un recuerdo; igual que los extensos recorridos de los elefantes, de los leones o de las jirafas.

Las condiciones de encierro y aislamiento generan estrés, y el estrés provoca graves problemas de salud. Adentro de las jaulas del zoológico las oportunidades de estimulación mental y física prácticamente no existen, lo que da como resultado comportamientos autodestructivos. En otras palabras: esto es causado por la falta de ejercicio mental y físico, igual que nos sucede a nosotros.
Algunos animales fueron capturados en sus hábitats naturales para ser encerrados en jaulas, en donde viven en condiciones completamente diferentes a las de su hábitat natural, con una dieta y luz artificial, ruido inusual y una proximidad de otros animales con los que usualmente no comparten el espacio. Otros nacieron en cautiverio y fueron intercambiados o comprados por diferentes zoológicos, como si fueran objetos.
Los zoológicos dicen funcionar por diferentes razones, lo cierto es que esas razones se contradicen y dejan en evidencia su verdadero objetivo: generar ganancias económicas.
En la página web del zoológico dice: “El zoológico de Villa Dolores apunta a mejorar la calidad de vida de los animales en cautiverio. Para logar este objetivo, el zoológico trabaja de manera constante en la generación de actividades tendientes al bienestar animal, ya sea por la vía de la investigación y la conservación del ecosistema o a través de la formación del público en la toma de conciencia de los cuidados de los animales”.

Veamos, entonces, ¿calidad de vida? ¿De qué calidad de vida se puede hablar cuando los animales pasan sus vidas enteras dentro de un pseudo-ecosistema, basado en concreto, rejas y un par de plantas que nada tienen que ver con su hábitat natural? Además, “vida” entre enormes comillas, porque un solo segundo allí dentro no puede se llamado así; pero todos sabemos que no es un solo segundo, es toda una vida, una vida entera adentro de una jaula.
También dicen “bienestar”, pero debería decir, “bienestar dentro de los parámetros que permite la cautividad”. El verdadero bienestar que puede alcanzar un animal es solo en libertad, en su hábitat natural, junto a los de su especie; no adentro de una jaula. Viviendo una vida íntegra, sin ninguna imposición externa, ni ninguna entidad que limite su pleno desarrollo.
Aparecen por ahí las palabras “investigación” y “conservación”. ¿Se pueden estudiar los animales encontrándose completamente alejados de su hábitat, con su conducta natural completamente alterada por el encierro? Lo único que se puede estudiar es la conducta producida por la cautividad, ya que el comportamiento de cualquier animal es diferente en su hábitat natural que en cautiverio. Y de hecho, probablemente, los únicos estudios que se llevan a cabo en un zoológico son los de analizar las consecuencias del cautiverio en los animales, para así generar estrategias de “bienestar” para los próximos habitantes y de ese modo poder seguir manteniendo en funcionamiento el zoológico.
La conservación es otra farsa, ya que la mayoría de los animales que se encuentran en los zoológicos no están en peligro de extinción; además de que se los termina perjudicando, por las condiciones de encierro y aislamiento.
En definitiva, consideremos los supuestos objetivos del zoológico como justificaciones para mantener en funcionamiento un negocio. Porque para que todo esto funcione se necesita de visitantes que pongan dinero de sus bolsillos, como pasa con cualquier otro negocio, que como tal, busca generar dinero; y para ello, entra en el juego del mercado y la publicidad, basándose en mentiras como la investigación y la conservación de especies para atraer visitantes y además tener una justificación para lucrar la con la vida de los animales.

Entendemos los zoológicos como una parte más del entramado de las múltiples relaciones de dominación que conforman nuestro actual relacionamiento entre nosotros, los demás animales y la naturaleza; comprendiendo a ésta no simplemente como el entorno en el que vivimos, sino como una parte de nosotros y considerándonos a nosotros como una parte de ésta.

Entonces, ¿qué queremos?
Queremos que los animales sean libres. Queremos acabar con ese pensamiento antropocentrista que ve en la naturaleza un mero recurso para generar ganancias. Queremos cambiar nuestro actual relacionamiento entre nosotros y los demás animales, acabar con las relaciones de poder regladas por el dinero y generar relaciones sinceras de respeto y solidaridad, más allá de especies.
¿Vos qué querés?

(Clickeando sobre la respectiva imagen, se puede descargar el afiche o el volante, listo para imprimir y difundir).

Manifestación por el Cierre de los Zoológicos.
Desde el Sábado 26 de Junio hasta el Domingo 11 de Julio.
A partir de las 11 horas.
En la puerta del zoológico Villa Dolores.
Avda. Rivera, 3245.