La semana arranco el jueves 25 de octubre del 2012, donde un grupo reducido de activistas y ante la estupefacción del publico asistente, desplegaron una pancarta con el lema “No mas zoológicos un siglo fue suficiente” eran tres, pero con el valor de miles hicieron frente a la asistencia refutando los adornos y colores que las autoridades vendían al publico en general y las cámaras que entre risas y miradas cómplices registraron los momentos donde se pedía Respeto y Libertad para todos los inocentes condenados a cadena perpetua en esta Institución y en Todas las demás.
Se estaban anunciando oficialmente los festejos de los 100 años, con bombos y platillos, espectáculos, colores, apatía, hipocresía, encierro, dolor. Pero estos últimos se camuflaban de felicidad y orgullo para las cámaras, solo expuestos por lxs valientes, solo señalados por aquellxs que le dan Voz a los Sin Voz.
La jornada termino, con un anuncio esperado y conocido, el domingo 28 de octubre habría fiesta en villa dolores, con entrada gratuita y especismo como moneda de cambio.
En la víspera de estos mal llamados festejos, el sábado 27 de octubre, la contra partida de la voz oficial se preparaba para gritar bien fuerte YA NO MAS ZOOLOGICOS!
Terminados los preparativos mas de 500 personas entre grandes y chicxs se dispusieron a hacer frente a los muros de la mente y se hicieron presentes en la Rambla y Luís Alberto de Herrera, con mucha euforia, bronca, empatía, amor, compañerismo, y tantos sentimientos de todo tipo a las 19:30hs la congregación puso marcha rumbo al zoo en un camino que la llevaría a través de muchos momentos remarcables que vivirán para siempre en el corazón de cada unx de lxs presentes.
La primer parada fue frente a uno de los símbolo del especismo mas grandes que existen, frente al shopping de Montevideo, sobre las puertas de mc donalds, ante la mirada de cientos de personas que salían de hacer su aporte a la rueda, que poco a poco les lava mas y mas el cerebro, mas de medio millar de almas se hacia sentir, con cánticos, chifles, aplausos, gritos, todo un espectáculo espontáneo de desahogo pacifico y ordenado.
Se continuo trepando la avenida Luís Alberto de Herrera para llegar a la avenida Rivera, donde se enfilo ya definitivamente hacia la cárcel Villa Dolores, los corazones se ensanchaban y las gargantas se templaban, los cánticos no cesaron ni un segundo, Liberar, Liberar, al Hermano Animal… se escuchaban claramente, No, No, NO MAS ZOO… se va a acabar, se va a acabar, el maltrato animal… y muchos mas de la boca y alma de todos los manifestantes que estoicamente tomaron la calle con cada paso, seguros de sus ideales, tranquilos… porque la verdad y el amor van de la mano de vez en cuando y esa noche… iban abrazadas y cantando.
Los rumores eran ciertos, esta noche lxs condenadxs sentirían el calor de muchas almas, “hay que gritar bien fuerte, que ellos sientan que estamos acá, hay que hacernos sentir, que hoy sepan que no están solos, que hay gente luchando por ellos” se escuchaba entre los presentes… y era cierto… los rumores eran ciertos.
Enseguida todos espontáneamente empezaron a colgar pancartas y carteles, que cargaron y mostraron con orgullo durante toda la marcha, sobre las rejas exteriores al zoo.
Así termino la víspera de la fiesta del villa dolores, con mucho amor y compañerismo.
El domingo 28 de octubre fue la fuerte presencia policial la que marco el centenario de la cárcel, que entre risas de los niños, música de los espectáculos, ruidos de animales sufriendo y zumbidos de walkie tolkies, esperaban con ansias que los activistas, “esos loquitos”, hicieran su aparición, y por supuesto… no los íbamos a defraudar.Pasadas las 15hs un grupo de unas treinta personas se unían para alzar la voz de los sin voz, ante la mirada curiosa de los niños, la intolerancia clásica del ciego que no quiere ver y los empleados de la intendencia que se preguntaban cuanto tiempo más tenían que estar parados aislando a lxs activistas para que no fueran escuchados ni vistos, varixs valientes se encadenaron a la baranda de las jaulas del comcar (como llaman “en broma” los funcionarios del zoo a la zona cerca de los tigres)
Rápidamente se desplegó una pancarta, se encadenaron pacíficamente una decena de personas y se prosiguió a protestar ante toda esa crueldad, obvia para el ojo avispado, pero que pasa desapercibida para la mayoría de la sociedad uruguaya que dormida y embobecida miraba con estupor la escena.
Quienes no estaban ni dormidos ni embobecidos eran las fuerzas del orden establecido, que rápidamente rodearon a todos los manifestantes y en conjunción con los empleados de la intendencia y el resto del personal de “seguridad” (de los intereses del zoo) no dejaron acercar a nadie del publico general a menos de unos 30 metros a la redonda de la protesta, la respuesta de los presentes fue no parar de denunciar el maltrato sufrido por los condenados, con cánticos y gritos de desahogo e impotencia tapados por el sonido de los altoparlantes que comenzaron a sonar solo en la zona de la protesta buscando silenciar o al menos disimular la verdad que estaba siendo contada.
Comenzaron a pasar los minutos, que lentamente se iban transformando en horas, los medios de desinformación masiva se hicieron presentes para retratar la escena circense, secretamente esperando algún palazo de esos que dan rating, que para alegría de lxs manifestantes no se hizo presente.
Llegadas las 17hs y en vistas del cercano cierre de las puertas para el publico general y ante la incertidumbre de: “¿que pasaría si el zoo cierra y nosotros seguimos acá adentro rodeados de milicos?”…se tomo la decisión de emprender la retirada, ordenada eso sí, y con la frente bien en alto, porque allí lo que reinaba era la claridad de ideas de unxs y de todxs, porque allí lo que sobraba era el orgullo de salir caminando y cantando, por la puerta grande, luego de denunciar públicamente y hacerle frente a la sociedad entera y dejarla pensando, porque no es fácil hacer lo que hicieron esxs chicxs, porque no es changa mirar al represor a los ojos y no temblar, sino todo lo contrario gritar más fuerte y que su voz por fin sea escuchada hasta en el ultimo rincón de esa prisión y de todas las demás.
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