Veganuy - Contra toda forma de explotacion animal


¿Tienes derecho a saber de dónde procede ese filete que tienes en tu plato? 

¿Debería ser legal fotografiar granjas de gallinas y de vacas lecheras?

El lobby de la agricultura dice que no, y para ello están impulsando nuevas leyes a nivel estatal para que esa realidad permanezca en la sombra. Desde los años 80 han existido medidas menos restrictivas de este tipo, pero la industria de la carne las ha incrementado en una nueva y radical campaña.

Este tipo de leyes nacerían con la pretensión de criminalizar a colectivos de denuncia, investigadores y periodistas que intenten mostrar los abusos cometidos con los animales en las granjas factoría y los mataderos. Diez estados estudiaron este tipo de leyes (conocidas en Estados Unidos como “Ag Gag Laws”) el año pasado, y Iowa, Missouri y Utah las aprobaron. E incluso más están a punto de aprobarlas también.

Si estas leyes estuviesen en vigor, la Sociedad Humanitaria podría haber sido procesada por documentar repetidamente las violaciones del bienestar animal y la seguridad alimenticia en Hallmark/Westland, quienes fuesen las segundas mayores proveedoras de carne de vacuno al programa de comidas de la escuela nacional. Vacas demasiado enfermas como para poder andar eran asesinadas, lo que significa que eran utilizadas como alimento en nuestras escuelas, poniendo en peligro a nuestros hijos. La investigación llevó a la retirada de carne más grande de la historia de los Estados Unidos.

Más recientemente, en Wyoming, unos vídeos mostraban a varios trabajadores de una empresa proveedora de Tyson pateando a crías de cerdo vivas y dando palizas a sus madres. El vídeo tuvo como consecuencia acciones legales contra nueve empleados, incluyendo a dos de los gerentes de la empresa. En Pensilvania, una investigación de uno de los mayores proveedores regionales de huevos, Kreider Farms, mostraba a pájaros en descomposición junto con los que aun estaban vivos en las jaulas. Otras gallinas tenían sus cabezas atrapadas entre los alambres de las jaulas y abandonadas a su suerte hasta que morían.

El lobby de la agricultura quiere silenciar a sus opositores en vez de solucionar este tipo de casos. Los proyectos de ley contra las personas que pretendan sacar a la luz estos casos están siendo barajadas en Pensilvania, Arkansas, Indiana, Nebraska y New Hampshire. Legislaciones similares podrían surgir también en Carolina del Norte y Minesota.

Los proyectos de ley no son idénticos, pero comparten un lenguaje común (a veces incluso palabra por palabra) Algunas criminalizan a cualquier persona que “grabe una imagen o sonido” de una granja factoría. Otras exigen que los testigos informen de los abusos al cabo de unas pocas horas, lo que imposibilita que los denunciantes tengan seguros el asesoramiento y la protección necesarias, o que puedan documentar un tipo determinado de abusos.

La versión de Indiana de este tipo de legislación comienza diciendo en su enunciado que los granjeros tienen derecho a “realizar labores de agricultura sin la amenaza del terrorismo o el entrometimiento de terceras personas no autorizadas.”

A pesar de que estos proyectos de ley no tienen que ver con violencia o terrorismo. Tienen que ver con sacar a la luz verdades que son malas para la imagen de dichas empresas. Para estas corporaciones, un “terrorista” es cualquiera que amenace sus beneficios exponiendo las prácticas inhumanas que ponen en peligro la salud del consumidor.

Es demasiado pronto para decir cuantos de estos proyectos de ley tienen visos de llegar a ser aceptados, pero quienes los apoyan no tienen, precisamente, escasez de dinero y de influencia política.

Como periodista, me preocupa lo que estos proyectos de ley significan para la libertad de prensa. Y los investigadores y activistas a los que he entrevistado también están profundamente preocupados por su propia seguridad y por su libertad.

Estas leyes no fueron creadas para silenciar a periodistas y activistas, si no para boicotear el acceso de los consumidores a esa información en un momento en el que más y más americanos quieren saber de donde proviene su comida y cómo ha sido producida.

El problema para las corporaciones que cuando la gente tiene información, actúan con respecto a ella. Durante una conferencia sobre este tipo de leyes en Indiana, uno de los mayores productores de huevos habló a los legisladores sobre una investigación reciente. Después de que un vídeo con cámara oculta fuese publicado en internet, 50 consumidores llamaron casi de inmediato a la empresa y anunciaron su intención de dejar de comprar huevos de dicha empresa. Un público informado es la mayor amenaza para un negocio.

Un público informado es también la mayor amenaza para estos proyectos de ley. En Wyoming, uno de los proyectos de ley ya ha fracasado. Según los patrocinadores, se abandonó en parte por la publicidad negativa. Si hacemos brillar una luz sobre estos intentos, podemos asegurarnos de que los demás fracasarán igualmente, a la vez que protegemos el derecho de los consumidores a saber lo que están comprando.

Extraido de : Semilla de Liberacion

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