Aunque la época en la que más fueron utilizados estos experimentos fueron los años 50 y 60, todavía se siguen realizando experimentos espaciales utilizando diferentes tipos de animales. Poco a poco las y los astronautas se van concienciando de lo injusto que es este hecho y van surgiendo más disidentes a esta práctica, pero siguen sin tenerse en cuenta los derechos de animales como los ratones, ratas, insectos, anfibios, simios, perros, gatos etc.
Los experimentos con animales en el espacio sirvieron originalmente para intentar probar la supervivencia en los vuelos espaciales antes de intentar misiones espaciales tripuladas por humanas o humanos. En numerosas ocasiones se ha obligado a los animales a tripular vehículos espaciales para investigar diferentes procesos biológicos y los posibles efectos que la micro gravedad pudiera tener en el ser humano. A fecha de 2004 seis países han llevado animales al espacio: los Estados Unidos, la Unión Soviética, Francia, Japón, China y Argentina. (1) Y en el 2009 se sumó Irán. (6)
Algunos de los animales que han sido enviados al espacio han sido a menudo tratados como héroes, cuando en realidad han sido esclavizados, maltratados, torturados y enviados al espacio en contra de su voluntad para, finalmente, morir en nombre de alguna causa que a los animales no les importaba. Ejemplo de ello son la perra Laika o el gato Félix.
Algunas macabras técnicas utilizadas :
La técnica más utilizada en las pruebas espaciales es mandar a los diferentes animales al espacio a probar las naves, lo que les provoca asfixia, estrés y la muerte por altas temperaturas o a consecuencia de fallos técnicos como explosiones o accidentes. Uno de los mayores peligros que se encuentran más allá de la capa protectora de la atmósfera terrestre y el campo magnético es la radiación espacial. Esta radiación es mortal y la exposición sin protección a largo plazo a estas condiciones puede causar gran variedad de problemas de salud, como el ADN dañado, el riesgo de cáncer, cataratas, trastornos neurológicos y otros riesgos de mortalidad (2). Los animales, si sobreviven a estos vuelos, no pueden volver a tener una vida normal y muchos mueren a causa de los efectos secundarios viviendo ya en tierra.
Durante las pruebas realizadas en tierra los diferentes animales sufren las consecuencias de la ciencia en sus propios cuerpos. Algunos de los test llevados a cabo en monos, por ejemplo, incluían la introducción de los macacos en una centrifugadora gigante, donde se les sometía a varios G de fuerza, o en cámaras de descompresión, donde se medía el tiempo que aguantaban sin perder el conocimiento. Una de las más terribles pruebas son las cápsulas de lanzamiento en las que los monos eran lanzados a 500 km/h para después parar en seco. Se tiene constancia, además, de que han muerto monos en operaciones quirúrgicas para sacar electrodos implantados en sus cuerpos.
Las décadas de los 50 y 60 y anterior
Los primeros animales enviados al espacio fueron moscas de la fruta, que partieron con semillas de maíz a bordo de un cohete V-2 a mediados de julio de 1946. El propósito del experimento era investigar los efectos de la exposición a la radiación a elevada altitud y las moscas volvieron vivas a la tierra.
En Junio de 1948 el primer vuelo tripulado por un mono de Rhesus fue lanzado, sin éxito, hacia el espacio. Su único tripulante, apodado Albert I, murió asfixiado durante el vuelo. Albert II, también un mono Rhesus, fue el primer simio enviado al espacio que retornó vivo, tripulando un cohete V-2 lanzado desde los Estados Unidos de América el 14 de junio de 1949; este murió en una colisión después de que el sistema de paracaídas fallase. (3)
A partir de los años 50 y 60, con la carrera espacial al rojo vivo, la cantidad de animales que fueron enviados al espacio se incrementó. El 31 de agosto de 1950 los Estados Unidos lanzaron un ratón al espacio a bordo de un cohete V-2 y posteriormente se enviaron más ratones a bordo de naves, aunque ninguna de ellas llegó a alcanzar la altura técnica para considerarse un vuelo espacial (100km de altura).
El primer animal en entrar en órbita espacial fue la perra Laika, que tripuló el Sputnik II el 3 de noviembre de 1957 durante un experimento de la Agencia Espacial de la U.R.S.S. La perra falleció a las pocas horas del despegue debido al estrés y a las altas temperaturas que sufrió, superando los 40ºC. La U.R.S.S. hizo entre las décadas de los 50 y los 60 vuelos tripulados por perras, ya que descubrieron, tras torturar a las perras encerrándolas en una jaula 20 días o haciéndoles comer comida gelatinosa durante mucho tiempo, que las perras aguantarían mejor las condiciones de las naves y que tenían mejor temperamento en espacios pequeños que los machos de su propia especie. Belka y Strelka, dos perras rusas, fueron parte de la primera misión espacial en llevar mamíferos a altura orbital y traerlos a tierra con vida. Muchos animales fueron condenados a morir antes de que Belka y Strelka consiguieran volver.
El 13 de diciembre de 1958 un misil balístico intercontinental, tipo Júpiter, fue lanzado desde Cabo Cañaveral en Florida, con una ardilla sudamericana llamada “Gordo” que había recibido entrenamiento especial en la Armada estadounidense. En el curso de la misión, el sistema de paracaídas que debía facilitar el aterrizaje de la cápsula falló y “Gordo” falleció en la colisión. Los datos telemétricos mostraron que durante el viaje de regreso el animal sufrió una gravedad 10 veces superior a la terrestre, 8 minutos de ingravidez y una velocidad de 16.000 km/h. La cápsula en la que se encontraba se hundió en el agua fuera del alcance de Cabo Cañaveral y nunca fue recuperada.
Los monos “Able” y “Baker” fueron los primeros monos en sobrevivir a un viaje espacial después de su vuelo en 1959. Aguantaron una presión 38 veces superior a la normal, quedando en condiciones de ingravidez durante 9 minutos. “Able” murió cuatro días después por las consecuencias del vuelo.
A finales de los años 50, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ordenó capturar más de un centenar de chimpancés en África para su programa espacial (estos secuestros han seguido realizándose para otro tipo de experimentos). Alrededor de 65 de ellos fueron enviados a la base aérea de Holloman, en Nuevo México, donde fueron sometidos a todo tipo de pruebas. Ninguno de aquellos chimpancés sobrevivió a las pruebas.
A lo largo de 1961, los chimpancés Sam y Enos fueron enviados al espacio repetidamente y la NASA los convirtió en auténticos héroes nacionales. Hasta alcanzar aquel momento de “gloria”, decenas de monos habían sido lanzados, catapultados y torturados en el desierto de Nuevo México. Meses después, una vez consolidada la carrera espacial, la USAF (United States Air Force) llegó a la conclusión de que aquellos monos ya no eran útiles y debían deshacerse de ellos. A partir de 1970 algunos chimpancés siguieron utilizándose en pruebas para la investigación aeroespacial, pero la mayoría fueron vendidos a laboratorios para la investigación biomédica, donde fueron torturados para experimentar en ellos enfermedades como el Sida o la hepatitis. (4)
Francia, por su parte, lanzó la primera rata al espacio el 22 de febrero de 1961, y en octubre de 1962 dos ratas más fueron lanzadas. Un año más tarde lanzaron al gato “Félix”, con electrodos implantados en la cabeza para medir sus impulsos neuronales. Ignorando el daño y las torturas sufridas por este animal, o creyendo que se sacrificó por su país (como algunos pensaran), Felix fue tratado como héroe e idolatrado hasta la saciedad. Los últimos animales enviados por Francia al espacio fueron dos monos, en marzo de 1967.
Argentina fue el cuarto país en colocar seres vivos en el espacio y retornarlos a tierra. Los primeros lanzamientos se hicieron con ratones y luego con el Mono Juan, quien sobrevivió al tormentoso viaje y vivió dos años más en el zoológico de la ciudad de Córdoba, enjaulado y tratado como un objeto.
China envió al espacio ratas en 1964. Un año después lo volvieron a repetir y en 1966 fueron dos perros los que fueron obligados a volar. China ha seguido enviando animales al espacio hasta, por lo menos, la década de los 90.
La década de los 70
El 9 de noviembre de 1970, dos Ranas Toro fueron lanzadas en una misión solo de ida, por lo que las dos ranas estaban condenadas a morir, en el satélite orbital Frog Otolith de la NASA, para tratar de entender el proceso motriz degenerativo causado por la ingravidez. A las ranas les acompañaron varios nemátodos (gusanos parásitos), un pez y un par arañas, llamadas Arabella y Anita.
También durante los años 70 un grupo de tortugas batieron el triste récord de estancia animal en el espacio, haciéndolos permanecer 90 días y medio a bordo de la nave.
La década de los 80
Durante los años 80, la U.R.S.S. envió 8 monos, huevos de insecto palo y el primer tritón al espacio dentro de su programa Bion. La NASA, por su parte, envió un transbordador espacial con una pareja de monos junto a 24 ratas, huevos de insecto palo y embriones de pollo.
La década de los 90
Cuatro monos volaron a bordo de los primeros vuelos de Bion (pruebas para poner satélites en órbita) , últimos realizados por Unión Soviética, así como las ranas y moscas de la fruta.
Durante la década de los 90 la tortura de la experimentación espacial se centró en especies que todavía no la habían sufrido. China hizo volar en 1990 a conejillos de Indias y Toyohiro Akiyama, un periodista japonés, llevó ranas japonesas con él durante su viaje a la Estación Espacial Mir en diciembre de 1990. Otros experimentos biológicos a bordo del Mir llevaron huevos de codorniz.
Japón hizo volar por primera vez un animal, una especie de salamandra, el 18 de marzo de 1995 a bordo de la Unidad Volante Espacial.
Durante la década de 1990 los EE.UU. obligaron a los grillos, ratones, ratas, ranas, tritones, moscas de la fruta, caracoles, carpas, peces sapo, ostras, erizos de mar, peces Xipho, los huevos de la polilla gitana, los huevos de insectos, artemia (artemia salina) y huevos de codorniz a viajar a bordo de los transbordadores espaciales.
Siglo XXI
El último vuelo del transbordador espacial Columbia en 2003 llevaba gusanos de seda, arañas de seda de oro, abejorros carpinteros , hormigas recolectoras y peces Kilis Japoneses.
El 12 de julio de 2006, Bigelow Aerospace lanzó su módulo espacial inflable, el Genesis I., convirtiéndolo en el primer vuelo privado en lanzar animales al espacio. Cucarachas silbantes de Madagascar, semillas con las larvas vivas dentro de las polillas, escorpiones de piedra plana de Sudáfrica y huevos de hormigas recolectoras fueron obligados a volar en esta nave.
El 28 de enero y el 16 de diciembre de 2013 Irán envió al espacio dos macacos dentro del programa nacional de misiles y desarrollo espacial. Ambos monos fueron puestos en órbita a 120 km de distancia en la fecha en la que marca el triunfo de la Revolución Islámica de 1979. Ambos monos volvieron vivos después de vivir un horrible tormento y tendrán que permanecer esclavizados hasta el día de su muerte, que no será muy lejana dados los efectos secundarios del estrés que han vivido. Desde 2009 y hasta el año 2012, el país ha enviado ratas, tortugas e insectos al espacio. (6)
Oposición interna a la experimentación espacial :
Desde 2008 la NASA y la Agencia Espacial Rusa han mostrado la intención de usar monos bajo la excusa de probar los efectos de la radiación en humanos durante los viajes a Marte. Ante estas intenciones, varias organizaciones por los derechos de los animales han
creado campañas y han protestado enérgicamente para que estos experimentos, que no se realizaban desde hacía más de 30 años, no se vuelvan a realizar.
Hay que destacar dentro de estas protestas a varias personas que desde dentro de la industria espacial han alzado su voz en contra de estos experimentos. Por un lado a Valentin Lebedev, uno de los cosmonautas rusos más premiados, que sumó su voz a la campaña de Animal Defense International en contra de la experimentación animal. Lebedev ha recibido dos veces la medalla de Héroe de la Unión Soviética por su servicio a la exploración espacial, se le puso su nombre a un planeta y actualmente es Director del Centro de Geo información y Ciencia de Rusia. El cosmonauta describe los experimentos con monos como “inadmisibles por razones humanitarias”, agregando que “el conocimiento existente recibido de la experiencia pasada de los vuelos espaciales de largo plazo es más que suficiente en este momento para predecir su influencia en las personas, incluso en relación con temas de radiación”.
Por otro lado Umberto Guidoni, un ex astronauta de la NASA y la ESA y miembro del Parlamento Europeo, escribió a la Agencia Federal Espacial Rusa diciendo que “apoyamos plenamente la posición de las organizaciones que piden desarrollar alternativas eficaces a los experimentos con animales “, y destacó que “tenemos que hacer todo lo posible por utilizar las tecnologías que puedan reemplazar los experimentos en animales y, por tanto, evitar su sacrificio cruel”.
Por último April Evans, líder de un equipo de ingenieros aeroespaciales de la NASA, renunció a su cargo después de que sus quejas acerca de los experimentos de radiación en los monos fueran ignoradas. Evans, de 32 años, llegó a la NASA después de graduarse en la Universidad Texas A & M, y su carrera se mantuvo en ascenso hasta que se enteró del plan de la agencia espacial para irradiar monos como parte de un experimento de 1.75 millones de dólares.
“Comencé a sentirme culpable de ser parte de una organización que hiciera esto”, dijo. Evans explicó que “después de mucha deliberación, dimití de la NASA porque no podía sostener la justificación científica de estos experimentos en monos”. Desde que dejó su puesto en la NASA, Evans ha dedicado gran parte de su tiempo a apoyar la creación de un tratado internacional que prohíba los experimentos con primates en torno a la exploración espacial. (5)
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Fuentes :(1) wikipedia.org Animales en el espacio
(2) NASA
(3) wikipedia.org Monkeys in space
(4) Tiotaum.blog.com.es
(5) Ad-international.org
(6) Abc.es
http://www.askekintza-liberaccion.org/index.php/es/explotacion-animal/experimentacion/espacial/185-experimentacion-espacial-el-largo-reguero-de-sufrimiento-hasta-el-espacio-experior
Extraido de : Prensa Animalista
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